Testimonio de:

MIGUEL ANGEL BETANCOURT

No siempre ha sido un río de once mil personas todos los martes haciendo oración a la Virgen de la Medalla Milagrosa, en el templo de las Hermanas vicentinas, que queda en la Avenida Roosevelt.

Cuando esta historia comenzó, hace 34 años, eran unos cuantos creyentes los que se reunían a las 7:00 p.m. a hacer la novena, convocados por Sor María Emilia Echeverri

Sofy Arboleda era uno de ellos. Hoy recuerda con nostalgia la pasión con la que la Hermana María Emilia, quien falleció este fin de semana, fue convirtiendo todo aquello en un gran movimiento Mariano.

“Un día le dio porque quería poner otra novena a las 11:00 a.m. y le dije que nadie iba a venir, que estaba loca. Hoy hay oración todo el día y son multitudes…ella era un verdadero ejemplo y poco a poco fue contagiando a los demás de ese fervor”; dice sin poder evitar en la voz el dolor de la despedida.

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