Testimonio de:

JOSE GERSON LOPEZ LIZARAZO

Ya desde niño por obra de las Hermanas que atendían la Escuela la Inmaculada en Terrón Colorado, había conocido de la devoción a la Madre, pero no la había practicado. Por virtud de la Madre Santísima, hace casi treinta años mi esposa Aracelly Murillo me invitó a participar del rezo de la Novena y del Santo Rosario en el Santuario de la Virgen. En varias ocasiones le acompañé y me impresionó la calidez y el recogimiento de las personas que participan de la devoción. Posterior a la muerte de mi esposa, la Madre se hizo todavía más presente en mi vida, y corrigiendo demasiados errores míos se ha enderezado mi vida y soy un devoto practicante del Santo Rosario que rezamos a diario con mi nueva familia hace ya 20 años.

En 2007 Estuve al borde de la muerte con un preinfarto y la práctica de una trombolisis en el Hospital Departamental; puse mi vida en manos de la Madre y por su intercesión y la misericordia Infinita de mi Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, me recuperé totalmente, al extremo que seis meses después el cardiólogo especializado del Hospital no encontró rasgo alguno de lo que me había ocurrido.

Hoy tengo 57 años y doy testimonio público del amor de Maria y de su bendita intercesión ante el Divino Maestro por todos y cada uno de nosotros. Amen.

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