La Iglesia nació de la palabra que es vida, que es luz, que es fuerza creadora. Para escuchar esa palabra hay que creer, porque entre fe y palabra hay un vínculo muy estrecho. Esa palabra de Dios en la Escritura hay que escucharla bajo la acción del Espíritu Santo, que es el que hace posible una interpretación correcta; por eso, al leer y meditar la palabra de Dios, hay que tener cuidado para escucharla bien y para interpretarla como ella es.Dios nos habla y esa palabra de Dios la encontramos en el Antiguo y Nuevo Testamento.
