Palabras de la Virgen María
Queridas hijas mías, mi Hijo Jesús las ha llamado a través de sus superiores a un ministerio de servicio, a un trabajo de pastoreo y un apostolado de siervas.
La responsabilidad es grande pero no temáis. Yo estaré con vosotras, las amo. Hoy las invito a que escuchen mis consejos porque soy la Madre del Buen Consejo.
Un día, en una boda tuve que decir a mi Hijo: NO TIENEN VINO…avísenme cuando los pobres no tengan con que alegrar sus vidas, cuando aflore el mínimo sufrimiento en sus hermanas. Sean previsoras, no dejen acabar el vino de la oración, de la fraternidad, del silencio; estén alertas y vigilantes cuando se esté aguando el vino, porque solo mi Hijo puede convertir el agua en vino, la soledad en compañía, el individualismo en solidaridad, la guerra en paz… Dirijan su ser hacia (gesto) los demás, estén atentas, sean diligentes y solicitas. Detecten a tiempo las carencias del vino, que pueden ser el efecto de la falta de trabajo, las angustias y problemas en las familias, las enfermedades, la escasés de vocaciones, las situaciones del país, etc. Cuando esto suceda, no intenten resolver las cosas por si mismas, vayan a Jesús, acudan a Él, como lo hice yo en las bodas de Caná. Depositen en sus manos el problema, porque sus preocupaciones también son preocupaciones de Dios y Él siempre se acerca a las periferias de los que se han quedado sin vino.
Todos los días y cualquiera que sea la circunstancia que vivan, de alegría o de tristeza; de angustia o de sosiego; de esperanza o de frustración, siempre repitan como yo: “He aquí la ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA”. Despierten cada mañana con el ánimo puesto en Dios, llénense de él para que sean valientes ya que muchas veces no encontrarán respuestas ni soluciones a flor de piel. Cuando no comprendan todo lo que sucede a su alrededor, mediten como yo lo hacía, cada palabra y cada suceso en su corazón. Conserven la esperanza y Confíen en las promesas de Dios incluso cuando parece que nada tiene sentido o cuando El parece eclipsarse por culpa del mal en el mundo. Tengan la certeza de que mi Hijo nunca las dejará solas.
Uno de mis consejos favoritos, es el que dije a los sirvientes en las bodas de cana: HAGAN LO QUE EL LES DIGA: es decir, primero pónganse a disposición de Jesús que unas veces les pedirá ir o venir; otras, llenar las tinajas como aquellos sirvientes, o vaciarlas y distribuirlas a la gente. Tengan en cuenta que el servicio es el criterio del verdadero amor y el sello de la entrega. Ustedes son las siervas de Jesús, de sus hermanas y de los pobres. Continúen siendo modestas, humildes. Nunca olviden: Jesús es quien dirige, crea, transforma y les dice lo que tienen que hacer. Encuentren en su Palabra, su fuerza y su luz. Sean discretas en lo que hacen. En las bodas de Caná quien recibió el reconocimiento ante el nuevo vino, fue el mayordomo y los únicos que se dieron cuenta de lo sucedido, fueron los sirvientes porque habían sacado el agua.
Un día en 1830 les di este consejo a través de santa Catalina Labouré: “VENID AL PIE DE ESTE
ALTAR -AQUÍ SE DISTRIBUIRÁN LAS GRACIAS SOBRE CUANTOS LAS PIDAN CON
CONFIANZA Y FERVOR, SOBRE GRANDES Y PEQUEÑOS.” y con mayor razón a mis Hijas de la caridad, a quienes amo. Hoy podríamos cambiar la palabra altar por sagrario y Eucaristía. Aquí estoy yo siempre orando, adorando, intercediendo y esperándolas. De rodillas junto conmigo, ante mi Hijo, encontrarán la paz, el discernimiento, la sabiduría, la fortaleza y la verdad. Este es un lugar privilegiado para encontrarnos con Jesús, para ofrecernos con El al Padre. Recuerden, la Eucaristía es el corazón palpitante de la Iglesia y de la vida cotidiana, es el mejor medio para transformarnos nosotros mismos en Aquel a quien recibimos y para juzgar la realidad con los criterios de Jesús.
Si siguen mis consejos, no se equivocarán y lograrán cumplir el plan y la voluntad de Dios sobre ustedes: es decir, santificarse y santificar, tejer desde la cotidianidad, desde el pequeño detalle, la red de la caridad, de la santidad y de la solidaridad.
Vengan aquí mi pequeño Rebaño, con sus cántaros. (Ellas suben)
Nunca olviden el barro del que están hechas, por eso las invito a dejar sus cantaros al pie del altar porque mi Hijo se encargará de trabajarlas, de moldearlas hasta convertir su barro en algo lucido, transparente, lleno de luz.
(Las consejeras colocan el cántaro a los pies del altar)
Ahora, con la gracia de Dios, van a recibir un nuevo recipiente enriquecido con el nuevo vino que mi Hijo les ha preparado para esta ocasión.
(La virgen las va llamando y saca de la tinaja grande agua y se le echa al recipiente de cada una. El agua va tomando el color asignado)
MI PEQUEÑA MARIA DORIS: tu línea pastoral es Espiritualidad y Carisma. Vas a recibir el vino color ROJO, que simboliza la pasión por Dios y por la humanidad, el amor y la vida. San Vicente y santa Luisa supieron unir la pasión por Cristo y los pobres. El rojo es el Color del fuego, de la llama, es imagen de lo divino, recuerda la sangre del sacrificio de mi Hijo Jesús. Es el color de la fuerza, la cercanía, la entrega. El Rojo es el color dominante en todos los sentimientos positivos y símbolo de todas aquellas actividades que exigen más pasión que razonamiento. Mi pequeña Sor María Doris yo te ayudaré a mantener vivo el espíritu de los fundadores y a fortalecer el liderazgo en las diferentes ramas de la familia vicentina y sobre todo a que la pasión por Cristo, nutra y estimule la pasión por los pobres.
MI PEQUEÑA YOLIMA: tu línea pastoral es la vocacional. Mi Hijo ha preparado para ti, el vino color NARANJA
Es un color que ayuda a transmitir energía positiva, prosperidad, vitalidad, entusiasmo y alegría. El color naranja está muy asociado con la juventud y la extroversión, y con frecuencia es garantía de emociones y motivaciones fuertes y verdaderas. Las personas que más lo usan suelen ser vigorosas, divertidas, sociables, amantes de todo lo alegre y de lo que da verdadero sentido a la vida. El naranja es el color con más aromas y sabores, incluso, el naranjo es un árbol bastante llamativo y extraordinario, en el sentido de que puede tener al mismo tiempo flores y frutos, y por eso es considerado en algunas culturas, como un símbolo de fertilidad. Mi pequeña sor Yolima sé muy fecunda y creativa en la atracción y cultivo vocacional. Yo estaré allí, contigo, generando convicciones sólidas y atractivas en los diferentes procesos de formación.
MI PEQUEÑA LIGIA: tu línea pastoral es el de los servicios apostólicos tú vas a recibir el vino color AMARILLO.
Es el color de la alegría, del optimismo, del ánimo reluciente, de la iluminación y del entendimiento. El amarillo es el color de la audacia, del impulso, del riesgo, así como también de la amabilidad, el entendimiento y la sabiduría. Estimula la inspiración, la creatividad y hace que se agudice la percepción y la reflexión, lo que da como resultado una mayor concentración, un pensamiento más rápido y respuestas más novedosas, intrépidas y eficaces. Mi pequeña Sor Ligia, la Luz de mi Hijo Jesús inspirará en tu línea pastoral nuevas rutas ante los gritos de los pobres, para que puedas lograr la dignificación, evangelización y promoción integral.
MI PEQUEÑA ISLENA: tu línea pastoral es el Bienestar humano y social. Por eso, mi Hijo ha preparado para ti, el vino color VERDE.
Es un color que manifiesta esperanza, paz, equilibrio, salud, vitalidad y confianza. Simboliza naturaleza, crecimiento, renovación y plenitud. El Color Verde es un color relajante y refrescante que induce a quién lo contempla sensaciones de serenidad, tranquilidad, seguridad y armonía. Está íntimamente relacionado con todo lo natural, con la fertilidad y la buena salud. Todo lo sano y natural se asocia con él. El verde también es el símbolo de la vida, no solo en lo que se refiere al ser humano, sino también a todo lo que crece y se desarrolla. Entre todos los colores, el verde es el más modesto y elemental: es el color de todos los días, de la primavera e invita a un estilo de vida más ecológico: Ecología humana, ecología espiritual, ecología relacional. Mi pequeña Sor Islena, junto con mi Hijo Jesús, estaré acompañando las actividades que generes, para seguir humanizando con ternura, todo lo que esté a tu alcance.
MI PEQUEÑA CONSUELO: tu línea pastoral es el plan de formación tú vas a recibir el vino color AZUL, porque representa tranquilidad, calma, armonía y paz espiritual. Es un color amable, simpático y que inspira confianza. Se asocia con la fantasía y la amistad y es el color de la fidelidad, de lo divino y de lo eterno, es decir, de todo lo que deseamos que permanezca, de todo lo que debe durar eternamente, como las convicciones solidas en la vocación de la Hija de la Caridad. El azul es un color tranquilo, sosegado, símbolo de unión pacífica, de lo espiritual, de la reflexión y es el color principal de las cualidades intelectuales: inteligencia, ciencia y concentración. Además de ser significativo dentro de la identidad mariana. Mi pequeña Sor Consuelo, tu plan de formación será especialmente acompañada por mi presencia y mis gracias. Te ayudaré a fortalecer en las hermanas una vida interior madura y el proyecto de vida misionero.
PADRE CARLOS ARLEY: (Director): tú ejerces un servicio vicenciano de animación y acompañamiento. Por eso mi Hijo quiere compartir contigo el vino color INDIGO, porque
Es un color que comunica sinceridad, respeto, Escucha, individualidad y simboliza las fantasías y los sueños que tienes al iniciar este nuevo ministerio. Este color representa la espiritualidad cotidiana, relacionada con los hechos de la vida, el conocimiento y la percepción de la realidad. Está asociado a la nobleza, creatividad, dignidad. El color índigo simboliza piedad, intuición, intelectualidad, sabiduría, sensibilidad, pasión, amor, ingenio. Este color, agudiza el sentido por el ser humano y genera ideas novedosas y creativas. Mi pequeño Padre Carlos Arley, la sabiduría y el discernimiento que obtengas en la oración serán, junto con mi intercesión tus principales consejeros.
MI PEQUEÑA GLORIA MARIA: tú misión es fomentar la vitalidad espiritual y apostólica de la provincia, por eso mi Hijo te regala hoy el vino color VIOLETA.
Es un color ligado al mundo espiritual y mágico, proporciona la purificación del cuerpo y la mente; conecta con la paz y la búsqueda de la calma y del equilibrio interior. Es un color relajante y sutil al que se le asocia una gran fuerza espiritual y una especial sensibilidad. Es el símbolo de la eternidad, de la penitencia, de la humildad. De ahí que la violeta se convirtió en la flor que simboliza la modestia. El color violeta remite a lo divino y a la fe, manifestando que Dios está en todas las cosas. El violeta es el color de la comunión, de la reconciliación, la internacionalidad y el ecumenismo porque él, hace posible que se fusionen todos los opuestos ya que combina la sensualidad y la espiritualidad, el sentimiento y el entendimiento, el amor y la abstinencia, lo visible y lo invisible, lo humano y lo divino. Mi pequeña Sor Gloria María, hoy recibirás la gracia de unir, reconfigurar o soltar lo que el Espíritu Santo te muestre. Yo estaré contigo acompañando los procesos espirituales, pastorales, administrativos, financieros y comunicacionales de la provincia.
Hijos míos, la belleza de una obra de arte está en la armonía, combinación y contraste de colores. Todos son útiles e indispensables. Ustedes son los colores dispuestos a dejarse usar donde el Artista quiera y como quiera: unas veces en el centro o en la periferia; con trazos fuertes o tenues, ocultos o resaltados. No le sugieran al autor lo que debe pintar, ni donde debieran estar. Al contrario, que humildemente puedan servir para que el sueño y la voluntad del artista se puedan llevar a cabo.
¡No teman! están dirigidos por la mano de mi Hijo Jesús. El como buen pintor, está dispuesto a acompañarlos, a corregir lo que quede mal plasmado, a borrar sus errores; a señalarles el bosquejo a seguir, a que los colores de la caridad den alegría y brillo a la vida de los pobres y de sus hermanas, haciendo de esta provincia una de sus mejores obra de arte dentro de la Iglesia.
Por último, si se han dado cuenta, todos representan los colores del arco iris y Recuerden que el arco iris a nivel teológico, es signo de la alianza de Dios con su pueblo. Cuando en la antigüedad, el pueblo de Israel, veía el arco iris sabía que Dios estaba cerca de ellos. Lo mismo: cuando sus hermanas los vean, cuando los pobres y la familia vicentina se acerque y compartan, podrán reconocer en ustedes, en su unidad, la unidad de Dios y sobre todo la cercanía de Él y la alianza con su pueblo.
Ahora, vayan mis queridos hijos con la confianza puesta en Dios. Y nunca lo olviden: los amo y siempre estaré allí cuando me soliciten porque soy desde hoy y para siempre la Madre del Buen Consejo.
Sor Flor Marina Giraldo R.
Hija de la Caridad
Provincia San Vicente
Cali